Cuando llegó el momento de comprar
una trona para nuestro hijo, la elección no fue difícil.
Unos amigos nos habían hablado de
y ya nada más llegar a la tienda nos
dimos cuenta que iba a ser nuestra elección. Los motivos:
-
era de dimensiones reducidas (comparada con las otras
que había en la tienda) y nuestra casa es pequeña.
-
era evolutiva, nos iba a servir desde los seis meses
hasta que el niño fuera mayor, porque se puede seguir utilizando como silla.
- e iba
en consonancia con el estilo decorativo de nuestra casa, que aunque parece a
priori un motivo no demasiado importante, ¿por qué hay que renunciar a la
decoración?.
Y es que Tripp Trapp es mucho más que una trona, es un elemento decorativo muy práctico. Lo de decorativo lo podéis comprobar en estas fotografías que hemos encontrado en la red, y lo de práctico os lo aseguro. Mi niño está encantado sintiéndose uno más en la mesa.
Ah, se me olvidaba! Hay un montón de clores para elegir.
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